Adueñate de tu Felicidad
- Lynette D. Maestre, MSW
- Feb 26, 2023
- 3 min read
¿Alguna vez has escuchado a alguien decir que no quiere ser feliz?
Si la contestación es no, yo tampoco. De hecho es todo lo contrario, constantemente escucho a la gente diciendo que quieren ser felices. Aunque lamentablemente la mayoría de las veces lo mencionan como algo que depende de otras personas en sus vidas o de algún evento futuro y muchas veces lejano. Pero muy rara vez escucho a alguien decir, mi felicidad depende de mí y la puedo buscar ahora en el presente o en el día a día.
Buscar nuestra felicidad es una responsabilidad individual y no algo que depende de otros/as. Aunque, por supuesto, otras personas pueden producir momentos de mucha felicidad, no deben ser la única fuente en la que dependamos para obtenerla. Si todos nuestros momentos felices se originan por las acciones de otros/as, estamos cediendo el poder de sentirnos felices o contentos/as exclusivamente a los/as demás. Cuando hacemos esto, muchas veces inconscientemente, estamos perpetuando el concepto de que la felicidad no está en nuestras manos.
Por otra parte, como antes mencionado, también es común escuchar a muchas personas decir que su felicidad está sujeta a cierta situación, ocurrencia o evento futuro. La expectativa de esta felicidad puede ser basada en un evento futuro realista o imaginario y estar o no bajo el control de la persona. Por ejemplo he escuchado decir cosas como: “Por fin voy a ser feliz cuando termine el bachillerato”, “Si consigo ese trabajo voy a estar feliz”, “Si me dan el aumento tendré el dinero para ser feliz”, “Si me pego en la lotería tendría felicidad de por vida”, etc. Todos estos posibles eventos futuros no han ocurrido y dependiendo de si la expectativa es realista o no, podrían no ocurrir. Más sin embargo, son muchas las personas que constantemente están posponiendo su felicidad y atándolo a algo que no ha ocurrido. Mientras tanto la vida les pasa y cada día pierden oportunidades pequeñas y grandes para experimentar momentos de alegría en el presente.
Una de las primeras cosas que debemos realizar es que la vida es siempre cambiante. No controlamos lo que los/as demás hacen, dicen o piensan y tampoco muchas de las cosas que van a ocurrir. También siempre vamos a tener nuevas necesidades, por lo que cuando una meta futura de felicidad se alcanza, a la vuelta de la esquina ya existe una meta nueva. Entonces en algunas ocasiones, la grandeza de esa alegría por la meta alcanzada no se siente como la esperábamos. En adición, me gusta comparar en cómo experimentamos la felicidad a un músculo ejercitado versus uno que no se ejercita. Si no ejercitas mucho un músculo, la fuerza del mismo no va a ser igual al que ejercitamos, eso está claro. De igual forma es parecido a que si siempre posponemos la felicidad para cuando llegue ese momento esperado, el disfrute no se siente como esperabas. Haz dejado a tu músculo de la felicidad atrofiarse. Pero no te preocupes porque nunca es tarde para ejercitarlo.
Todos/as somos diferentes y las cosas que proveen alegría a una persona pueden ser diferentes para otras. Esto implica que todos/as los/as seres humanos tenemos gustos, intereses, deseos y metas exclusivas de nosotros/as. Las mismas van a estar basadas en nuestra personalidad, crianza y entorno. Lo que debemos de recordar es que buscar momentos de felicidad en el día a día, va a estar definido únicamente por ti. Si disfrutas de leer por placer, pero nunca tienes tiempo, busca tratar integrar un tiempo para esto. Por ejemplo, ¿Cuántas veces en semana lo puedes acomodar y cuánto tiempo le puedes dedicar? Y esto aplica para todo aquello que te haga sentir alegre, contento/a o feliz, ¿Cuánto esfuerzo puedes hacer para poco a poco ir integrando en tu vida esas cosas que solo a ti te llenan y producen alegría?
Adueñarte de tu felicidad no significa siempre esperar por la felicidad futura, pero sí aprovechar cada día. No significa ceder el poder de experimentar alegrías solo a las demás personas, pero sí darle prioridad a las cosas que te llenen a ti. Lo que no significa, que vas a amar menos a otros/as por darle prioridad a buscar más momentos de felicidad. Cuando alimentas primero tu necesidad emocional de divertirte haciendo algo que disfrutas, vas a estar aún más fortalecido/a para poder dar una mejor calidad de ti a quienes te rodean.
Autora: Lynette D. Maestre, MSW
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